LUZ Y VIDA EN CRISTO JESUS
  SOMETERSE A LAS AUTORIDADES
 
Capítulo 13 de la epístola a los Romanos: “....Sométase toda persona a las autoridades superiores porque no hay autoridad sino de parte de Dios y las que hay por Dios han sido establecidas.

De modo que quien se opone a la autoridad a lo establecido por Dios resiste y los que resisten acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres pues no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás alabanza de ella, porque es servidor de Dios –es decir, la persona en autoridad es servidor de Dios- para tu bien, pero si haces lo malo, teme porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia, pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo.

Pagad a todos lo que debéis, al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros porque el que ama al prójimo ha cumplido la ley, porque no adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás y cualquier otro mandamiento en esta sentencia se resume: amarás a tu prójimo como que ti mismo. El amor no hace mal al prójimo así que el cumplimiento de la ley es el amor y esto conociendo el tiempo que es ya hora de levantarnos del sueño porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada y se acerca el día, desechemos pues las obras de las tinieblas y vistámonos las armas de la luz, andemos como de día, honestamente, no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestios del Señor Jesucristo y no proveáis para los deseos de la carne.”

Bendiga el Señor su palabra. Recuerden lo que hemos dicho que estos Capítulos del 12 en adelante de la epístola a los Romanos son Capítulos bien al ras del suelo, son consejos paternales de parte del Apóstol Pablo para los creyentes, aplicando todas esas cosas que él acaba de establecer en los Capítulos anteriores. Ahora, como que él se siente en la mecedora de la sala contigo, y comienza a darte consejos de abuelo, consejos paternales acerca de cómo tu debes vivir esa vida de hijo de Dios, esa vida de una mente renovada, de un espíritu renovado, como un sacrificio vivo delante del Señor, expresando los valores del Reino de Dios.

Y él se toma tiempo para tocar así áreas claves de la vida humana donde podemos poner en práctica ese principio de vivir una vida que agrade al Señor, conforme al gran llamamiento que hemos recibido. Él acaba de tocar en el Capítulo anterior temas de cómo debemos vivir nosotros los cristianos unos con los otros, cómo debemos comportarnos en las responsabilidades que tenemos en la iglesia, cómo debemos tratarnos en amor, prefiriéndonos unos a otros.

El domingo pasado hablamos mucho acerca de este aspecto de la actitud de misericordia y de generosidad, perdonando a los que nos ofenden, bendiciendo a los que nos maldicen. Los que nos persiguen, tratándolos bien, identificándonos con los que lloran y con los que celebran también, siendo humildes y no tratando a la persona de posición más humilde con un sentido de superioridad de nosotros, sino, codeándonos y asociándonos unos con los otros y teniendo esa actitud benévola, misericordiosa, generosa unos con los otros. Todo eso estaba en el Capítulo 12.

Ahora, él entra en otra dimensión, otros aspecto bien importante y los primeros 7 versículos de este Capítulo 13 tienen que ver cómo nosotros nos relacionamos con respecto a la autoridad legal, es decir, cómo debemos nosotros los cristianos tratar a la policía, el gobierno de nuestra nación o nuestro estado, todas las autoridades civiles, cómo debemos comportarnos, las leyes con las cuales interactuamos en la vida. En otras palabras, qué tipo de ciudadano debe ser un hijo de Dios, qué tipo de ciudadano, cómo debemos nosotros relacionarnos con la autoridad.

Y evidentemente lo que Pablo dice es que el cristiano debe tener una actitud de respeto hacia las autoridades civiles, y yo diría mucho más que eso, es hacia toda autoridad. Él habla de las autoridades superiores y se refiere específicamente a los gobiernos, las personas que llevan el revolver aquí. Él habla mucho acerca de eso que hoy en día llamaríamos la policía o el ejército o el gobierno en Washington o aquí en el City Hall o en el State House, la casa estatal, el gobernador, etc. Pero yo creo que más que eso, tiene que ver con la autoridad en general, todas las autoridades que están sobre nosotros.

Pero hablemos por un momento para no complicar tanto la cosa inmediatamente, acerca de cómo debemos nosotros relacionarnos con las autoridades. Todo lo que tiene que ver con el gobierno que está sobre nosotros. Bueno, Pablo dice, hey, ustedes tienen que ser ciudadanos modelos, tienen que obedecer las leyes de la nación donde ustedes están. Ustedes tienen que distinguirse por ser respetuosos ante la autoridad, no andar con rebeldía, con rebelión, no andar buscando formas de evadir la ley. Deben respetar todas las leyes y ser ciudadanos que ejemplifiquen la sujeción a la autoridad.

¿Saben que uno de los problemas que tenían los cristianos era que no adoraban al César? El Imperio Romano había declarado, que el César, es decir, el César era como el emperador, el emperador del Imperio Romano que gobernaba mucha parte del mundo conocido. El Imperio Romano había establecido su ley sobre muchas naciones de la tierra y los cristianos solamente aceptaban a Jesús como Dios y al Padre, adoraban solamente a Dios, como también los judíos. Entonces, los cristianos tenían un serio problema y es que ellos no adoraban al César, no adoraban al emperador romano. En ese sentido entonces, el Imperio Romano los veía con mucha sospecha y de hecho por eso también los persiguieron en muchas ocasiones, porque no se arrodillaban para adorar al César como Dios. Esto les acarreó muchas sospechas de no ser buenos ciudadanos.

Es interesante entonces que Pablo al escribirle a una iglesia que estaba en Roma trate ese tema, eso es revelador, porque es evidente que él quería, como aclararle a los cristianos cuál debía ser su actitud, porque muchas veces pudo haber cristianos que dijeran, bueno, nosotros pertenecemos a un reino superior, nuestro rey es Jesucristo y nosotros no respetamos a las autoridades romanas que nos persiguen y que no aceptan el cristianismo. Pablo dice, No es así. Nosotros tenemos que sujetarnos, estamos en el mundo, nos beneficiamos de ciertos privilegios y protecciones que ofrece la vida civil y nosotros tenemos que sujetarnos a esa ley y en ningún momento podemos ser identificados como gente rebelde.

Yo creo que también había un elemento ahí de defenderse y curarse en salud ante las autoridades romanas. Muchos de los grandes padres de la iglesia en los primeros siglos escribieron muchas veces a los emperadores y a los gobernantes en las diferentes provincias donde vivían, dejándoles saber que los cristianos se sujetaban a su ley, que oraban por sus superiores y queriendo aclarar eso. Ellos simplemente decían, nosotros no adoramos al César como nuestro Dios, pero nosotros nos sujetamos al César y reconocemos su señorío, no somos una fuerza subversiva que estamos tratando de desestabilizar el gobierno, sino todo lo contrario, nosotros somos gente respetuosa.

Y la Biblia está llena de varios llamados a respetar las autoridades, y eso es importante que nosotros lo entendamos. Por ejemplo, si buscamos en Primera de Timoteo, Capítulo 2, allí dice en versículo 1:

“....Exhorto ante todo a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracia por todos los hombres –y entonces añade- por los reyes y por todos los que están en eminencia para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad....”

En otras palabras, una de las cosas que nosotros como cristianos tenemos que hacer es orar por nuestras autoridades, tenemos que orar por el Presidente Bush aunque no nos caiga bien. ¿Cuántos dicen amen a eso? Ok, si no le cae bien, o por el Presidente Clinton en su tiempo, o por cualquier presidente. Tenemos que orar por Patrick Deval, tenemos que orar por cualquier persona que esté en autoridad para que el Señor los ilumine, no que los elimine, sino que los ilumine, que los ilumine, y que les de sabiduría para que ellos puedan hacer decisiones justas y establecer leyes que sean conforme a la voluntad del Señor y que nosotros podamos vivir vidas en paz. Porque si ellos están iluminados por Dios van a hacer leyes justas entonces es a nuestro beneficio que nosotros bendigamos a los que están autoridad. Eso es parte del llamado de Dios.

Fíjese eso, no podemos maldecir a nuestras autoridades, yo creo que también tenemos que hablar de ellos con respeto, si los vamos a criticar, los podemos criticar pero tiene que ser en una forma no irrespetuosa. En Tito, Capítulo 3 también hay otro llamado asimismo, muy interesante, dice allí, en el versículo 1:

“.... Recuérdales –le dice Pablo a Tito, pastor en esa isla de Creta donde está Tito pastoreando- recuérdales que se sujeten a los gobernantes....... –ve, sujétense- ......a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra....”

Bien, ese es el versículo 1, y por último en Primera de Pedro, Capítulo 2, versículo 13 en adelante, dice:

“.... Por causa del Señor, -fíjese qué interesante, no es porque usted lo prefiera ni porque lo quiera hacer, sino por respeto al Señor- .... someteos a toda institución humana, ya sea al rey como superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien, porque esta es la voluntad de Dios que haciendo bien hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos, como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios. Honrad a todos, amad a los hermanos, temed a Dios, honrad al rey....”

En otras palabras, hay una actitud allí... es una mezcla como que el temerle a Dios y honrar a Dios está mezclado con también someterse a las autoridades. Yo creo que hay tanta tela que cortar, hermanos. Se han escrito volúmenes y volúmenes en la filosofía humana en torno a esta idea de cómo debemos nosotros relacionarnos con respecto al estado. Pero es evidente que lo más importante es eso, que la postura esencial de todo hombre o mujer cristiana debe ser una postura de respeto a la autoridad, y de sujeción a la autoridad.

Nosotros tenemos que ser ejemplares en ese sentido. Pedro les habla allí, les dice que nos comportemos de tal manera que hagamos callar la ignorancia de la gente. ¿Por qué? Porque los cristianos era una nueva religión, la gente no sabía qué hacer de ellos. No reconocían la deidad del emperador, entonces estaban en sospecha. Se decían cantidad de rumores acerca de los cristianos, entonces se veían obligados a ser una gente muy respetuosa de la ley para mostrarle a la gente, esas acusaciones contra nosotros son mentira; nosotros somos gente de Dios, respetamos la autoridad, no estamos aquí para subvertir la autoridad.

Y nosotros como cristianos tenemos que recordar eso siempre, de que tenemos una gran responsabilidad de ejemplificar buena conducta en el aspecto civil, respetar las leyes en todo lo posible, caminar rectamente, pagar nuestros impuestos, pagar las deudas que tenemos, no andar por allí pendencieramente, sino siempre respetuosamente. Porque la autoridad, dice Pablo, está instituida por Dios.

Es decir, lo que yo creo que quiso decir Pablo con eso es que la fuente misma del concepto de autoridad civil. Se han escrito muchos libros, Rousseau, Lock, bueno, cantidad de escritores escribieron acerca de los orígenes del gobierno, porque eso no siempre.... Bueno, nosotros creemos bíblicamente que sí, pero se han hecho muchas teorías acerca de cómo surgió el concepto de gobierno en la humanidad. El hombre se beneficia de tener un estado, de tener una autoridad que construye carreteras, que establece sistemas de servicios público, que tiene policía, ejército para proteger a la gente, que impide que los débiles sean oprimidos por los más fuertes en la sociedad, que no haya guerra campal en la sociedad, y eso es de Dios. Eso es una gracia que Dios ha dado a una humanidad caída, que no se rige por la ley de Dios. Los gobiernos no son perfectos, pero es lo mejor que tenemos, entonces tenemos que respetarlo y tenemos que ayudarlos orando por ellos y en todo sentido cooperando para su progreso.

Ahora, una pregunta puede ser, ¿qué pasa cuando un gobierno es malo? Porque fíjese qué interesante que Pablo aquí pinta más bien la imagen de un gobierno que funciona justamente. Él está hablando de, en el versículo 4:

“.... porque es servidor de Dios para tu bien.... - ¿no?, más adelante- .... es servidor de Dios, vengador para castigar para el que hace lo malo....”

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